Desplazamos cuando nuestro ser se desvía, es decir, cuando se da fantasía incestuosa, hacia la sexualidad y el cuerpo lo detecta y avisa con dolor, y no solo el cuerpo, también el entorno, la sincronicidad avisa que el ser no está yendo por su camino. El ser está en contacto con el inconsciente. El inconsciente no solo comunica lo reprimido de la fantasía incestuosa, también reprime lo que se niega del ser. El inconsciente guía al sujeto, a través de su discurso, de su cuerpo y de la sincronicidad con su entorno, que se manifiesta a través del discurso de los demás, hacia el sujeto, y de su percepción hacia el ambiente, y de los sonidos y los eventos sincronizados con lo que está haciendo o fantaseando cuando se desvía del ser. El continuo desvío del ser, da paso a la compensación con el entorno, con el espacio, con los objetos y con los otros sujetos: se da una compensación que exacerba la patología. La fantasía se activa y el discurso se manifiesta en...
Revista Ciencias Sociales. Psicología Social.